Semiología de las extremidades

Inspección

Se debe realizar con el paciente totalmente desnudo, y preferentemente
con luz tangencial para detectar asimetrías en los lugares donde las arterias se
encuentran superficiales, o ver tumores pulsátiles a causa de aneurismas.

Puede encontrarse cambios de coloración de la piel de los dedos: palidez y/o
cianosis; alteraciones en el trofismo de las uñas; alteraciones en la distribución  de los
vellos; modificación de la secreción sudoral; lesiones cutáneas necróticas, verdaderas
úlceras o gangrenas de las extremidades; manchas névicas y nódulos indurados rojizos.

Se debe verificar la simetría de los miembros, anotando todos los cambios de
volumen de las extremidades , globales o circunscriptos, atrofias musculares, aumento
de longitud o acortamiento.

Palpación

Se debe controlar la temperatura de los miembros en comparación con
el otro miembro o con otras zona del cuerpo. La piel izquémica se encuentra seca,
rugosa, sin vellos.

Puede advertirse las rigideces de articulaciones y la atrofia de los músculos.
Sin lugar a dudas lo más importante y relevante es la palpación de los pulsos
periféricos.

La palpación de los pulsos no solamente permite aseverar su positividad o no, sino que
también pude diagnosticarse la dilatación de la arteria o notarse la presencia de un
“thrill” o frémito en caso de oclusiones parciales.
También deben observarse las venas buscando latidos anómalos en caso de
fístulas arterio-venosas.

Auscultación

Solo sirve para detectar soplos en caso de obstrucciones parciales.
El examen debe completarse con la realización de algunas maniobras, como la de
elevar el miembro por encima de la horizontal y observar si en esta situación aparece o
se incrementa la palidez. Luego llevamos al enfermo a la posición de sentado y las
piernas colgando en forma vertical, entonces el pié adquiere una coloración rojiza
purpurea o azulada (prueba de la izquemia plantar de Buerguer).

En casos muy avanzados el pié o un sector del mismo presentan intensa cianosis; si se
acompaña de frialdad y no desaparece con la presión del dedo, la necrosis es inminente.
Estas variaciones de posición deben aprovecharse para examinar el tiempo de relleno
venoso. Al elevar la extremidad, las venas superficiales se colapsan; al llevarlas a la
posición de declive se llenan nuevamente en 10 seg. en una persona normal. Un tiempo
mayor indica una insuficiencia arterial (test de repleción venosa de Collens-Willensky).

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